Enrique Collar el pintor paraguayo más cotizado en el mercado internacional

Enrique Collar el pintor paraguayo más cotizado en el mercado internacional

La formación, los ideales y la terquedad,  llevaron poco a poco a Enrique Collar a ser uno de los artistas paraguayos mejor cotizados en el mercado de arte internacional.

Enrique Collar nació en 1964 en Paraguay, estudió en  Buenos Aires, actualmente reside en Rotterdam, Holanda. Apasionado por la pintura, su metodología de trabajo, la fidelidad a sus ideales y el estudio constante, lo han llevado a alcanzar lo que muchos artistas sueñan, el poder vivir de su trabajo y dedicarse plenamente a él.

Creo que eres uno de los pintores paraguayos más cotizados actualmente en el mercado del arte internacional. ¿Cómo fué este proceso, crees que lo hubieras logrado desde Paraguay?

El valor de una obra de arte se va modificando con la interacción entre el artista y su medio y como esta relación avanza en el tiempo.

Mi obra paraguaya o Latinoamericana -como me gusta llamarla-, se gestó en Buenos Aires sin yo tener idea del arte paraguayo y lo que sucedería tan solo un año después de haber pintado la primera producción. Con Galería Belmarco y Michele Malingue de ese entonces, organizaron mi primera individual con sumo cuidado y profesionalismo, con criticas, catálogo, etc. Y me encontré con que en la inauguración se había vendido toda la muestra.

A partir de allí se dio mi mayor deseo: dedicarme de lleno a la pintura. Durante casi una década expuse todos los años nuevas propuestas estéticas para una temática inédita hasta ese entonces. Tanto el público como el coleccionismo acompañó este desarrollo. Y mis precios iban en aumento de acuerdo a los cambios en la obra. Por supuesto que no todo fue fácil, tuve que aguantar momentos difíciles, por la característica de un expresionismo “chocante” para el ámbito local. Pero mi formación, mis ideales y terquedad me empujaba a pintar lo que debía pintar sin importarme el exterior, tanto en lo positivo como en lo negativo. Tenía clara mi misión.

Enrique Collar
«Naufragos de la Tierra», óleo sobre lienzo, 200 cm x 145 cm, 1996

De los 700 dólares de 1990, en unos años pasaron a ser 7000. Para algunos fue una locura esta alza, pero allí están las pinturas, en colecciones de Paraguay y el exterior. Luego vino esa crisis donde quebraron bancos, justo cuando me encontraba pintando telas de dos metros, con mitos y realidades y en su mayoria “invendibles”. Pero tuve la suerte que el coleccionismo siguió apoyando y valorando mi trabajo. Creo que más allá del valor plástico, el aporte de identidad cultural que caracteriza a esta pintura fue fundamental para ese momento determinado del país.

Yendo al punto; este progreso de cotización se dio dentro de Paraguay. Eso sí trabajando duro, haciendo mucho interior del país con la gente, sus mitos, realidades, y sin concesiones para construir toda esa obra. Así ocupé un espacio dentro del coleccionismo paraguayo, y sobre todo en los que buscaban piezas únicas.

Ya en Europa, se interesó en mi trabajo una galería que expone solo artistas holandeses, cotizados. De acuerdo al precio de Paraguay más la calidad que vieron en mi nueva producción, decidieron duplicar el valor de mis pinturas porque lo consideraban justo. Y tuvimos suerte que en la primera exposición esto se confirmó porque se vendieron varios trabajos de gran formato. Entonces, cuando vuelvo a exponer en Paraguay con Hepner Galería, mi primer pedido fue mantener mis precios europeos, y eso es lo que estamos haciendo.

Según Enrique Collar es necesario que el Estado pueda ir conformando un patrimonio cultural con obras de los artistas nacionales más destacados.

¿Crees que son necesarios los apoyos y subvenciones por parte del Estado para el desarrollo de las artes?

Esto es complejo. El Paraguay tiene demasiadas urgencias sociales, muchos incendios que apagar.  Por mi parte; el Estado nunca invirtió un guaraní en mi pintura, pude mantenerme y crecer como artista gracias al sector privado, lo cual me avalaría decir que el Estado puede no hacerse cargo de las artes.

¿Pero qué hacemos cuando un artista envejece, o no puede producir más o se enferma? En Argentina por ejemplo existe el Premio Nacional, Municipal y otros que son premios metales y con pensión vitalicia. El artista argentino al menos tiene ciertas oportunidades. Pero en Paraguay no hay ninguna y esto da mucha tristeza.

Sí me parece necesario organizar premios y salones de arte anualmente, asi el Estado podría ir conformando una colección de arte de los artistas nacionales y convertir esto en patrimonio.     

Enrique Collar habla de como tuvo que renacer y reconstruirse en Holanda

Hay un cambio radical a nivel temático y estilístico desde que te radicaste en Holanda. ¿Cómo fue ese proceso? ¿Qué es lo más valioso de tu experiencia de vida en Holanda como artista?

No sé si es tan radical. Creo mucho en los procesos. Terminar con uno y empezar con otro fueron más bien decisiones temáticas y narrativas que formales. Decidí dejar de pintar el Paraguay porque consideré que había hecho una obra, una producción considerable con una estética dentro del contexto latinoamericano. Holanda siempre estuvo presente en mi vida antes de conocerla físicamente; a través Vermeer, Rembrandt, Pieter de Hooch o Carel Willink. Sólo que esto se daba desde la distancia donde uno va creando como un romanticismo visual y emocional. Y como terminé viviendo a quince kilómetros de donde nació y pintó Vermeer, me tomé el cambio como una señal y oportunidad para volver a estudiar pintura.

Esto implicaba cambiar de paleta, el tratamiento de la luz, minimizar las composiciones, reducir eso complejo que había construido como imaginario del Paraguay y que habían culminado en unas pinturas donde utilizaba superposicóion de imágenes, fiestas patronales, y todo basado en fotografías con mucho lente angular. Se suma la llegada de la primera cámara digital en casa para fotografíar a mi hija recién nacida. Entonces yo también decidí renacer en cierta manera. Y me resultaba inquietante empezar de cero, y que nadie me conociera y ver todo con la mirada de un “joven pintor”, pero con la experiencia de un veterano.

Enrique Collar
«Milagro», óleo sobre lienzo, 200 cmx 200 cm, obra seleccionada por el BP Portrait Award, Londres 2006

Lo valioso fue eso, renacer y comenzar a construir un nuevo universo visual, pa’ dentro, con el calor familiar. A tal punto que la primer obra que pinté fue “Milagro”, un dos por dos con la carita de mi hija. Un círculo enorme que se expandía en el plano cuadrado. Al año esta pintura fue finalista en BP Portrait Award de Londres, hecho que encaminó en cierta manera el devenir de los años siguientes donde me centré en el retrato. Una excusa para “pintar la pintura”, como siempre. Pero el digital iba a ser el soporte inicial para desarrollar esta otra manera de comprender la superficie, el detalle, la luz. Me volví mas minucioso, miniaturista y monumental al mismo tiempo, con más atención y control de la luz. 

Enrique Collar
Universal Painting, project 360°, oleo sobre lienzo, 100×200 cm, obra en progreso.

¿Crees que a nivel estilístico o temático hay algo que te caracterice y tenga relación con tu origen?

A veces me pierdo intentando ver la unidad de la obra en todos los períodos. Habrá que dejarle algo de trabajo a los especialistas (Je je). El inconformismo tal vez me caracterice. O quizás la magia de algún ancestro aborigen… o Flamenco… Es una atracción muy fuerte la que tengo por la pintura del siglo de oro holandés. Me resulta familiar y me produce mucha paz en el alma recorrer la superficie de estas pinturas, es extraño todo. Mi entusiasmo y obsesión pictórica sigue intacta como cuando comencé y más ahora con los nuevos proyectos y el 360 grados, donde puedo lograr unir toda mi experiencia visual y humana. 

Sitio Web de Enrique Collar:

https://collarenrique.com/

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