Lo moralmente aceptado, arte político y política con arte

Lo moralmente aceptado, arte político y política con arte

Lo moralmente aceptado y política con arte

Ante un grupo de estudiantes que no le permitían hablar, el rector de la universidad le dio la espalda al público, se bajó los pantalones y con sus manos abrió sus nalgas. Fue en 1993 en la Universidad Nacional de Bogotá en un encuentro nacional de artes. Antanas Mokus, filósofo y matemático, tuvo que renunciar a su puesto en la universidad, pero no sin declarar públicamente que su representación, “tenía el color de la paz, blanco”, en referencia a su piel extremadamente blanca por su origen caucásico. «La bajada de los pantalones dijo lo que mil palabras no podían expresar. De los chiflidos que no lo dejaban hablar, los estudiantes pasaron a escuchar atentamente su charla sobre cómo el arte afecta la cultura. Con un solo gesto creó un nuevo marco de conversación.» (Esferapública)

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Antanas Mokus, Universidad Nacional 1993

Este fue el primero de los “performances” de alguien que no hizo una carrera de artista, pero que haciendo política con arte logró cambiar muchas cosas en una de las capitales más violentas de Latinoamérica. Después de este episodio se convirtió en un personaje mediático y llegó al campo político para, con mucha creatividad, llevar a la acción sus conceptos respecto a la sociedad y los pactos sociales. Antanas Mokus fue alcalde de Bogotá de 1995 al 1998 y del 2001 al 2003.

Lo moralmente aceptado” fue uno de los principales conceptos sobre los que estaba sustentado el programa de “cultura ciudadana” de Antanas Mokus durante su gestión como alcalde de Bogotá. Según él hay un divorcio entre lo legal, lo moral y lo cultural. Es decir que la mayoría de las veces en la sociedad se actúa de manera ilegal porque es culturalmente aceptado. Es decir que la sociedad no emite un juicio moral respecto a los comportamientos fuera de la ley, siendo la ley el pacto social que debería permitirnos vivir en armonía.

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Antanas Mokus con chaleco antibalas y las manos atadas en respuesta a las amenazas de muerte

Antanas Mokus combatió la impunidad moral, social y legal de una manera creativa, usando estrategias de comunicación del arte tratando de cambiar la percepción de los ciudadanos respecto a lo moralmente aceptado y el cumplimiento de la ley, para transformarlos apelando a su capacidad de autoregulación. Reconstruyó, de manera simbólica, el sentido de las leyes a través de performances, normativas, regulaciones, acciones públicas y mediáticas, y sobre todo transparencia e integridad en su gestión.

Por eso comenzamos preguntándonos por qué la gente cumple las normas. Una cosa es cuando una persona las cumple porque tiene una gran admiración por la ley: esa es una regulación de carácter moral. Otra muy distinta cuando lo hace por temor a la sanción y el castigo: esa es la regulación de carácter legal. Y otra sería por hábito, costumbre o por temor al repudio social: esa es la regulación cultural. Entonces podemos partir de la oposición entre dos tipos ideales de sociedad. Aquellas donde lo moralmente válido cabe dentro de lo culturalmente válido lo cual, a su vez, cabe dentro de lo legalmente permitido y aquellas otras donde abundan las incongruencias entre esos tres sistemas de regulación, en donde está instalado un divorcio entre las tres instancias. (Antanas Mokus)

Logró entre otras cosas que parte de la ciudadanía pague 10% más de impuestos de manera voluntaria durante su segundo periodo como alcalde. El Consejo de Bogotá se negó a aprobar el aumento de impuestos, así que invitó a los ciudadanos a pagar impuestos voluntarios, cosa a la que se refiere como «una adorable contradicción». Sesenta y tres mil hogares accedieron a hacerlo.

Arte político

Antanas Mokus fue invitado a participar de la séptima Bienal de Berlín,con un performance «Vínculos de sangre«, de la artista mexicana Teresa Margolles que abordaba la problemática de la violencia y el narcotráfico en México. Durante el performance se invitaba a los presentes a firmar un documento de compromiso de bajar el consumo de drogas o dejar de consumirlas, y a donar una gota de sangre. En esa ocasión prometió que si la tasa de homicidios en México no se caía durante la exposición, se declararía a sí mismo un «artista fracasado, y el arte un concepto pretencioso».

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Compromiso firmado por los presentes en la Séptima Bienal de Berlín

Esta afirmación me parece particularmente interesante, pues ofrece una visión del arte como algo que no es meramente formal, sino una posibilidad real de cambiar el mundo a través de sus mecanismos simbólicos de representación.

Los recursos del arte  son las imágenes, los objetos, las acciones, los sonidos, las sensaciones, que acuden a mecanismos irracionales, subconscientes y emocionales  y suponen  incentivar un cambio en la percepción del mundo, y un sucesivo cambio en las actitudes, comportamientos y escogencias. La publicidad  usa los mismos recursos del arte, sólo que mientras el arte busca la emancipación del ser humano, la publicidad busca generar alguna forma de dependencia.

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«Bocanada» de Graciela Sacco

Estamos viviendo una etapa de la humanidad en la que lo moralmente aceptado por la sociedad se está poniendo en cuestión. A pesar de que evidentemente hay grandes crisis morales y de valores se podría decir que hay también un despertar de la conciencia. Actualmente, gracias al trabajo conjunto de periodistas europeos están saliendo a la luz los nombres de innumerables compañías y personalidades del mundo de la política, del deporte y del espectáculo, en las listas de los paraísos fiscales.

Estas investigaciones ponen en evidencia que no hay ninguna gran compañía que no utilice los paraísos fiscales para evadir impuestos. Lo que hasta ahora era normal, poco a poco se muestra como inmoral. Porque la evasión fiscal usa mecanismos legales que siempre han existido, pero en el contexto de crisis económica mundial, en donde las desigualdades se hacen cada vez más grandes, en donde a pesar de la sobreproducción hay cada vez más hambre y pobreza, no es moral; el que más tiene debería ser aquel que más aporte a la sociedad, para que todos puedan gozar de los mismos derechos. Poco a poco lo que no será moralmente aceptado, no será culturalmente tolerado y deberá ser enmarcado por leyes para que sea legalmente sancionado y políticamente controlado.

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Obra de Fidel Fernandez

De la misma manera se están denunciando cada vez más casos de acoso sexual y abuso de poder tanto en política como en el mundo del espectáculo. Lo que antes, en una sociedad estructurada de manera patriarcal era normal, hay en día ya no lo es, y cada vez se van generando más mecanismo legales para enmarcar lo que culturalmente ya no es admisible. Los mismos procesos están sucediendo con el abuso infantil y la trata de personas. Los objetos son símbolos y cargan con significados, y la manera en que nos relacionamos con ellos tiene que ver con nuestra percepción del mundo. El arte se nutre de esos símbolos para generar discursos y tratar de hacernos ver las cosas de manera diferente.  Un objeto de deseo, por ejemplo,  se puede mostrar también como une herramienta para destruir al prójimo.

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Instalación de Claudia Casarino «Trastornos del sueño»

En Cuba en tiempos del llamado “período especial” por la escasez generada por la caída del bloque comunista, no era bien visto que un conductor fuera sólo en su auto, estaba obligado a recoger a la gente por la calle y así todos se ayudaban a llegar a sus destinos. A veces las necesidades nos ayudan a desarrollar actitudes más solidarias y empáticas.

Hoy en día vamos tomando conciencia de los impactos del hombre sobre la naturaleza que finalmente pueden terminar con la propia aniquilación, este cambio en la percepción debería hacer que cambiemos poco a poco nuestra manera de actuar y que tratemos de que otros accedan a este despertar, como un instinto de sobrevivencia.

Cuando la sociedad entera salga de tanta indiferencia y apatía respecto a los comportamientos violentos hacia la naturaleza y el prójimo, entonces las leyes tendrán el sentido para las cuales fueron creadas y se darían las condiciones para ir generando nuevas normas para cuyo cumplimiento no tendríamos siquiera que esforzarnos, pues seríamos concientes que existen para hacer nuestra vida en sociedad más armónica y satisfactoria.

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«Dino: nadie se preocupa, podriamos ser nosotros o cualquier ser vivo. Miles de peces mueren en el Rio Confuso, cerca de Villa Hayes, Paraguay» obra de Jorge Saenz

Hoy en día se comienzan a revisar los relatos no sólo contemporáneos que tienen que ver con la manera en que concebimos a los demás y las relaciones con los demás, sino además los relatos del pasado, y poner en evidencia que para que existieran la tiranía, la pobreza, las guerras, las desigualdades, tiene necesariamente que existir una complicidad de una parte importante de la sociedad que se beneficia directa o indirectamente del poder, porque finalmente como dice Bernard Shaw «la política se hace o se padece».

Todos, por acción u omición estamos haciendo política, desde el momento en el que nacemos en una sociedad, en medio de individuos que en función de su cultura se han organizado y han establecido sus propios pactos sociales.

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Obra de Fredi Cascode la serie «El retorno de los brujos»

Mi idea del artista es la de alguien que, en una celda de prisión, toma una tiza y dibuja un borde para definir su espacio; es una persona que tiene más restricciones de las que normalmente aparenta. Pero al definir esas restricciones por cuenta propia se libera a sí mismo. (Antanas Mokus)

Me parece muy interesante esta definición de artista de Antanas Mokus, porque plantea la idea de libertad como una ilusión, vivimos todos encerrados por los condicionamientos físicos, sociales, políticos, económicos, culturales, emocionales, pero el artista en el trabajo de observación es conciente de estos condicionamientos. Los límites son el punto de partida para su búsqueda interior, es por eso que son justamente su herramienta de emancipación.

El arte es parte muy importante de nuestra sociedad,  tiene la capacidad de usar los símbolos de nuestro cotidiano para vernos a nosotros mismos y generar cambios de percepcion y comportamiento, construyendo comunidades más armónicas en donde la ley tenga un sentido, y el pacto social sea percibido como una construcción de todos.

Nota: La imagen destacada es de Fredi Casco, de la serie «El retorno de los brujos»

Más sobre Antanas Mokus: El arte de cambiar una ciudad por Antanas Mokus

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